La ciudad romana de Itálica, ubicada en el Bajo Guadalquivir, a medio camino entre Sevilla (Hispalis) y Alcalá del Río (Ilipa) y muy próxima a las rutas que conectaban con la zona de explotación minera de la Sierra Norte de Sevilla y Huelva, desempeñó un importante papel estratégico tanto en lo político-militar, como en lo económico, durante el Alto Imperio romano. Prueba de ello es que llegó a ocupar una superficie aproximada de 52 hectáreas.
Los orígenes del Conjunto Arqueológico de Itálica se remontan al año 206 a.C., cuando el general Publio Cornelio Escipión, en el contexto de la segunda Guerra Púnica, derrotó a los cartagineses en la batalla de Ilipa y estableció un destacamento de legionarios en el Cerro de San Antonio, lugar donde ya existía una población turdetana desde el siglo IV a.C. Si bien al principio ambas comunidades convivieron en este espacio próximo al Guadalquivir, pronto el elemento romano impuso sus modos sociales y políticos. En la segunda mitad del siglo I a.C. la ciudad adquiere el estatuto municipal y, pasado el tiempo, durante el gobierno del emperador Adriano (117-138 d.C.), el de colonia, con lo que se equipara administrativamente a la metrópoli.
Fue cuna de los emperadores Trajano y Adriano, y punto de origen de buena parte de los senadores de la época.
Punto de encuentro: Puerta Principal Itálica. Avda. Extremadura, s/n.
Duración: Dos horas.
Hora de inicio o apertura: Viernes, sábados y domingos a las 10.00 horas.
Idiomas: Español.
Otros: Aportar un documento identificativo válido (DNI, pasaporte).