Como el menos conocido y menos ostentoso de los palacios reales de Londres, el Palacio de Kew permite al visitante conocer de una forma menos intimidatoria la vida de los monarcas británicos. Ubicado en los jardines de Kew, con vistas al Támesis, el palacio se sustrae completamente al ajetreo y bullicio de la ciudad. Esta visita te permitirá disfrutar del magnífico paisaje de sus jardines y conocer la pintoresca casita de campo de la Reina Carlota o las cocinas reales.
Domina el lugar el edificio de tres plantas construido en 1631 por el comerciante flamenco Samuel Fortrey y conocido como la Casa Holandesa. Un nombre que proviene del estilo holandés de esta construcción sorprendentemente acogedora, que más parece una casa que un palacio. El interior es principalmente de estilo georgiano. El palacio fue residencia real de 1754 a 1818. Se decía que la familia real vivía allí como las 'gentes más sencillas del campo'.
Entre lo más destacado de la visita figuran las Royal Kitchens, las cocinas reales que han permanecido intactas desde 1818, y la Biblioteca del Pueblo, así como un busto de cera del rey Jorge III hecho a partir del molde original que se conserva en el museo Madame Tussauds. Entre los visitantes son muy populares los aposentos de las princesas. Los de Isabel, en el primer piso, han sido restaurados pero los de Augusta y Amelia, en la segunda planta, no han sido reformados.
En la parte trasera del edificio está el Jardín de la Reina, poblado únicamente con plantas de la Inglaterra del siglo XVII, mientras que la pintoresca casita de la Reina Carlota era utilizada por la realeza para descansar y tomar el té durante sus paseos por los jardines.
Punto de encuentro: Royal Botanic Gardens Kew, Richmond, Surrey.
Hora de inicio o apertura: Desde las 11:00 hasta las 17:00 horas los lunes y desde las 10:00 hasta las 17:00 horas de martes a domingo.
Hora final o cierre: Última entrada a las 16:15 horas.