Una visita al Museo de Bellas Artes de Sevilla te permitirá admirar no solo la segunda galería de arte más grande de España, sino también el fabuloso edificio barroco en el que se aloja. Considerado como uno de los tesoros escondidos de la ciudad, el museo alberga obras de primera categoría de la mano de pintores destacados como Murillo, Zurbarán, El Greco y Velázquez, por nombrar solo unos cuantos.
Edificado en el lugar de un antiguo convento y con una gran escalinata en su interior, el edificio posee dos plantas con catorce salas dedicadas a los diferentes estilos artísticos, incluido el medieval español, el Renacimiento, el manierismo, el barroco y el barroco sevillano. El vestíbulo es una obra de arte en sí, decorada con hermosos azulejos pintados que pertenecen a viejos monasterios. De hecho, la mayor parte de la colección debe sus orígenes a la confiscación de bienes eclesiásticos por parte del estado en el siglo XIX, de ahí la gran riqueza de pinturas y esculturas religiosas.
Entre las obras más importantes se encuentra el retrato de Jorge Manuel realizado por El Greco, la escultura de San Jerónimo de Torrigiano, la Virgen de las Cuevas de Zurbarán y el retrato de Don José Duaso y Latre, obra de Goya. Las pinturas de Sevilla ofrecen un magnífico retrato de la vida diaria y las tradiciones de la ciudad a través de los siglos, con obras que representan escenas de festivales populares, flamenco y los trabajadores de la famosa tabacalera. El maestro sevillano Murillo tiene dos salas dedicadas a su obra.
La importancia del museo en el mundo del arte sevillano es tal que muchos artistas locales contemporáneos se reúnen en la Plaza del Museo para exhibir sus propias obras a los viandantes.
Punto de encuentro: Puerta del museo a las 11:30 horas los sábados. Las excursiones duran 2 horas y media.
Idiomas: Disponible en español e inglés.