Hotel situado en el centro de la ciudad, justo al lado del famoso reloj Anker, y a no más de unos pocos metros del símbolo de Viena, Catedral de San Esteban. Fue construido a finales del siglo XIX y principios del XX. Ofrece a los clientes la posibilidad perfecta de alojamiento y les mima con comodidades. Este hotel no sólo es popular entre la gente de negocios sino también para las familias y viajeros privados que buscan un lugar tranquilo en Viena. Es un hotel para jóvenes y mayores, un lugar con un ambiente al que repiten, con un diseño fresco que une la elegancia con el encanto vienés. Las habitaciones están equipadas con modernas comodidades y cada habitación individual tiene su propio encanto y decoración.
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