Un recorrido por las estrechas callejuelas de Olite te permitirá pasear al abrigo de nobles casonas de piedra con escudos de armas, galerías medievales y espléndidas iglesias. La visita al Palacio Real, residencia predilecta de Carlos III el Noble, ubicado junto al Parador, y monumento más visitado de Navarra, es imprescindible. El clima Mediterráneo convierte a la localidad en un paraíso idóneo para la vid y el buen vino, por lo que aquí podrás visitar bodegas y degustar exquisitos caldos. Además, cada mes de agosto se celebran en la villa las Fiestas Medievales, en las que reyes y princesas, magos y juglares, halconeros y arqueros hacen regresar a la ciudad a la Edad Media.
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