La primera clase ofrece más y mejores servicios, pero el billete puede llegar a costar hasta diez veces más que en las plazas de clase turista por el mismo trayecto.
Antes de subir al avión
En el mismo vuelo, unos y otros usuarios reciben determinados servicios en función de la clase en que viajen. Así nos podemos encontrar desde butacas estrechas, un pasillo menor que el de una casa de juguete, y, además, sin comer, hasta coches de lujo que llevan al aeropuerto, trato preferente antes, durante y después del vuelo, masajes, butacas que se convierten en cama y televisores particulares en los que elegir entre decenas de canales y películas
La duración del viaje es un aspecto fundamental a la hora de elegir una u otra clase. Muchos pasajeros prefieren pagar un precio mayor -que puede multiplicar hasta por diez el ordinario- a cambio de llegar más descansados y en mejores condiciones a su destino. ¿Qué servicios se ofrecen en cada clase para justificar las diferencias de precio del billete?
Tradicionalmente, las clases aéreas se han dividido en tres: turista o económica, business, y primera o preferente -aunque cada compañía aérea puede denominarlas de una manera distinta-. La primera clase ofrece un mayor número de servicios, y puede llegar a costar hasta diez veces más que las plazas de clase turista por el mismo trayecto. La clase business, intermedia entre la primera y la turista, ofrece también ciertos privilegios a sus viajeros frente a la clase económica como más espacio en las butacas, catering gratuito, embarque y desembarque prioritario o acceso a las salas VIP. El precio de su billete puede ser el doble -e incluso más, dependiendo de la compañía- que el de turista.
Las diferencias entre volar en clase turista y hacerlo en business o en primera comienzan antes de subir al avión, antes, incluso, de llegar al aeropuerto. Mientras que quien viaja en turista suele llegar en su coche particular, en transporte público o en taxi, las aerolíneas ponen a disposición de quienes vuelan en sus clases más elevadas la posibilidad de trasladarse en coches de lujo conducidos por un chófer que recoge a los viajeros en su hotel o en su propio domicilio. Algunas compañías como Iberia o Malaysian Airlines dan a sus pasajeros la opción de trasladarse en limusina al aeropuerto. La compañía asiática llega más lejos y ofrece la posibilidad de llegar a la terminal en helicóptero si los privilegiados viajeros cogen el avión en Kuala Lumpur.
Quienes no elijan esta opción cuentan con un servicio de recogida, aparcamiento y entrega de los vehículos particulares en los principales aeropuertos: el parking vip. Un servicio que incluye, sin precio adicional, la custodia y el seguro del automóvil. Iberia proporciona esta prestación a los clientes de Business y Business Plus (similar a primera clase) que vuelen desde Madrid o desde Barcelona con un billete de tarifa completa, y también a aquéllos que sean titulares de Iberia Plus Platino y Oro, con independencia de la tarifa y la clase en la que viajen. El servicio gratuito de parking es de tres días con destino a Canarias, Europa, Oriente Medio y África, y de siete días en los vuelos a América, Sudáfrica, Lagos, Dakar y Malabo.
En el aeropuerto
En el aeropuerto las diferencias continúan. Los viajeros con billete turista han de cargar con sus maletas hasta los mostradores de facturación. Para facilitar esta tarea, cuentan con la posibilidad de utilizar los carritos que se encuentran gratuitamente a disposición de los clientes. Quienes vuelen en primera clase pueden ser acompañados por un asistente personal que les lleve hasta el mostrador y se haga cargo durante este trayecto del equipaje. Éste es uno de los servicios que ofrecen compañías como Lufthansa. Es frecuente que, ya en el mostrador, quienes vuelan en clase turista se enfrenten a largas filas de personas que esperan para facturar sus equipajes. Esto no existe en primera clase y en business, clases en las que se proporciona, tanto a los pasajeros como a sus maletas, un trato preferente en mostradores exclusivos. Además de poder llevar más peso que en clase turista sin tener que abonar por kilo extra, business y preferente identifican las maletas con una etiqueta especial para ser entregadas posteriormente a su dueño de manera prioritaria, antes que al resto de los pasajeros. Normalmente, se pueden facturar de manera gratuita 20 kilos de equipaje en clase turista y hasta 30 en clases superiores. China Airlines permite facturar hasta 40 kilos sin recargo. El viajero de primera clase y de business cuenta también con puntos de información preferentes en los aeropuertos más importantes.
Los viajeros de primera clase facturan en mostradores exclusivos y pueden cargar, gratuitamente, hasta 30 o 40 kilos de equipaje sin recargo alguno
Otro de los servicios de los que pueden disfrutar quienes viajan tanto en business como primera clase es la sala vip. A diferencia de los viajeros con billete turista, que esperan sentados en las sillas del aeropuerto, los de las clases más caras pueden descansar en una sala especialmente acondicionada para ellos. Estos espacios cuentan con todo tipo de comodidades para que el viajero pueda trabajar, descansar o relajarse. Las aerolíneas facilitan a los pasajeros que quieren trabajar o distraerse ordenadores, conexión gratuita a Internet a través de wifi, fax, o teléfono. Si prefieren otro tipo de entretenimiento, cuentan con televisión, música, prensa y degustaciones de vino y comida. Para quien desee descansar, algunas compañías aéreas ponen camas a disposición de sus clientes en estas privilegiadas zonas de descanso que también cuentan con servicio de duchas y áreas de relax. British Airways cuenta con una spa gratuito en el aeropuerto de Heathrow en el que los pasajeros de primera clase pueden recibir distintos tipos de masaje: antiestrés, relajación y tratamientos como oxigenación facial.
Gastronomía
Uno de los platos fuertes en primera clase es la gastronomía. Cada vez es más frecuente que las compañías aéreas contraten a cocineros de reconocido prestigio internacional para elaborar los menús de la clase preferente. Es el caso de Iberia que pone a disposición de sus clientes platos elaborados con las recetas de Sergi Arola. Menús que, según destacan desde la aerolínea española, «se basan en productos frescos de temporada con un papel relevante de la gastronomía del país, síntesis de tradición y nuevas tendencias». Junto a esto, una renovada cubertería y cristalería y una selección de vinos tintos, blancos y cavas de las más prestigiosas denominaciones de origen españolas.
Algunas aerolíneas ofrecen también estos menús en clase business. Lufthansa tiene un programa gastronómico rotatorio en el que prestigiosos chefs se alternan cada dos meses para elaborar los platos. British Airways cuenta con un consejo culinario internacional que crea los menús, y Air France tiene un grupo de reconocidos cocineros que confeccionan la carta que se ofrece a los clientes. Todas estas compañías tienen entre sus filas a alguno de los mejores cocineros del país. Thai pone a disposición de sus viajeros caviar y langosta servidos en platos de porcelana china y cubiertos de plata. En la clase turista, sin embargo, desde hace unos años la mayor parte de las compañías cobra el menú que piden los viajeros, y poco tiene que ver con el que pueden disfrutar los pasajeros en primera, además es un servicio excesivamente caro.
Como complemento a todo lo anterior, los viajeros de primera clase tienen exclusivos kits de aseo personal, mantas, sábanas, jabones y colonias. Singapur Airlines obsequia a sus pasajeros con productos de aseo de Givenchy, y British Airways proporciona a sus viajeros vips pijamas de diseño, zapatillas de terciopelo, y sábanas de algodón egipcio.
Fuente: http://www.consumer.es/
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