Qué decir de mi tierra paterna… que cuando entras en ella te invade la paz, tan sólo recorriendo sus carreteras y viendo a ambos lados sus interminables llanuras… campos de olivos, viñedos, girasoles… parcelas con tierras de diferentes colores; inmensas… con alguna casita en medio de ninguna parte. Casitas blancas con puertas pintadas de verde, un clásico. Olor a naturaleza, a tranquilidad a otro ritmo de vida tan distinto al mío.
Aquí se viene a quitarse el estrés, a descansar, pasear, tomarse algo en la plaza… y cargar con «víveres» para cuando vuelvas a casa.
La comida es comida, de la de verdad, embutidos, migas, pistos, arroces con pollo campero, tomates que saben a tomate, quesos manchegos, pan de pueblo,… y sobre dulces para qué hablar… Miguelitos, Flores de hojaldre, pestiños… Y luego la siesta, que nadie perdona. Los pueblos se vuelven fantasmas en las horas fuertes de sol, todo el mundo disfrutando de ese gran placer. Fuera hace un calor seco, pero en las casas se está de maravilla. Cuando cae la tarde las plazas se inundan de gente, de vida.
Hay que visitar sin duda las Lagunas de Ruidera, la Plaza de Almagro, Las Tablas de Daimiel, entre otros. Sentirte un poco Don Quijote cuando te cruzas con esos molinos de siempre.
Carolinchi75
Una respuesta a Vacaciones en Castilla La Mancha…¿por qué no?