Los límites del municipio de Aljezur marcan un rectángulo amplio delimitado por el mar por un lado y las colinas por el otro lado. En sus paisajes se reflejan esa doble influencia.
La costa se caracteriza por sus altos acantilados que se apiñan debajo de calas de arena y de dunas vírgenes. El interior es un lugar de amplias colinas cubiertas de vegetación. Entre ambos se extiende una franja grande de campos fértiles y valles donde se cultivan las hortalizas, patatas dulces y cacahuetes.
Aljezur es un pequeño pueblo de la costa vicentina con casa características de la arquitectura rural del Algarve, donde pequeñas espadañas y vanos de ventana coloridos realzan las blancas fachadas.
En lo alto del cerro las murallas del castillo recuerdan su pasado histórico, símbolo de luchas entre moros y cristianos. En la colina, la casi cascada formada por las casitas blancas bajando hacia la orilla se sitúa frente al llano, llano donde este pueblo centenario supo encontrar su expansión y su futuro.
El Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina
El Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina es el trecho de litoral europeo mejor conservado, con varias especies de fauna y flora únicas, siendo por ello visitado por muchos zoólogos y botánicos, procedentes de todas partes del mundo.
El paisaje está marcado por los escarpados acantilados que representan el símbolo del Parque, donde la erosión del viento y el mar les dio varias formas y tonalidades a lo largo del tiempo.
Se pueden observar aquí muchas especies de aves, como las raras águilas pescadoras pero, las más interesantes, son las cigüeñas blancas, por ser éste el único lugar del mundo donde nidifican en los acantilados marítimos. Otra curiosidad son las nutrias, ya que también es este el único paraje en Portugal y uno de los últimos en Europa, donde es posible encontrar estos animales en hábitat marino. La flora de la zona incluye el mayor número de especies principales del país, hay especies endémicas que sólo existen aquí, como la Biscutella Vicentina o el Plantago Almogravensis.
Las playas, muy demandadas por los aficionados al surf, están entre las mejores del país, la variedad es enorme, encontrándose extensos arenales o pequeñas playas encajadas entre acantilados y rocas. Entre otras, podemos mencionar Porto Covo, Malhão, Vila Nova de Milfontes, Almograve, Monte Clérigo, Arrifana y la Playa del Amado. Con energía y ganas de caminar, ya que los accesos no siempre son fáciles, descubrirás otras muchas que se mantienen en estado casi salvaje.
En el extremo sudoeste del Parque, no dejes de visitar el Faro del Cabo de San Vicente que da nombre a esta zona de la costa y, también, muy cerca, la Punta de Sagres, donde existió la famosa Escuela Náutica fundada por el Infante D. Henrique en el s. XV.
Las Playas
Para pasar una tranquila semana de vacaciones a la orilla del mar, la Costa Vicentina cuenta con playas integradas en un ambiente natural preservado y casi vírgenes, con paisaje protegido.
Si no te gusta los destinos masificados, las playas de la Costa Vicentina son una excelente alternativa. Los accesos son bastante difíciles, pero hacen que las playas sean prácticamente salvajes, algunas totalmente aisladas. Pero quien se empeña en buscarlas no se arrepiente, pues encuentra tanto extensos arenales de arena fina y blanca como pequeñas playas embutidas entre los acantilados. Incluso puede llegar a descubrir una playa sólo para ti, donde el mar invita a largos baños. Las temperaturas en la región siempre son agradables.
Las que uno no se puede perder son las playas Vale dos Homens, Murração y Carriagem, en la zona de Aljezur. Sube un poco y encontrarás la playa de la isla del Pessegueiro donde puedes dar un paseo en barco para visitar los restos romanos en la isla. En tierra, conoce la tranquila aldea de Porto Covo.
Más al Norte, a pesar de no encontrarse ya en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y de la Costa Vicentina, vale la pena conocer las playas de Brejos – un tesoro escondido en la península de Tróia – y la Aberta Nova – bastante aislada. Para un almuerzo junto al mar, disfruta con el pescado fresco de los restaurantes en la playa.