La Feria de Abril es una de las celebraciones más importantes de todas cuantas se llevan a cabo en España en cuanto a materia de cultura y ocio se refiere. Durante su celebración, Sevilla se convierte en el epicentro de la fiesta y la cultura en España, siendo un punto de encuentro para sevillanos, andaluces, españoles y visitantes de otros países que quieren disfrutar de la Sevilla en el estado más puro.
Puede que te cuenten infinidad de cosas sobre esta celebración, pero lo mejor es ir a Sevilla y vivirla en primera persona, conocer muchas de sus tradiciones, la cultura y la hospitalidad de sus gentes entre muchas otras.
Características de la Feria de Abril
La Feria de Abril se celebra dos semanas después de que finalicen las procesiones de Semana Santa, otro de los eventos que más arraigo tienen en Sevilla. Tras el sufrimiento y los pasos llega la luz, el color y la fiesta.
Hay que decir que debido a que la Semana Santa no es fija, la Feria de Abril también lo es y no siempre se hace en las mismas fechas, pero siempre ocurre en la primera semana de abril y principios de mayo. Es como si se tratase de una fiesta de bienvenida a la primavera a la que se suman miles y miles de personas con cada edición.
El pistoletazo de salida de la Feria de Abril se da con el tradicional encendido, conocido popularmente como «el Alumbrao«. Con un interruptor se encienden las más de 22.000 bombillas del recinto ferial, presidido por una enorme fachada que cambia de diseño cada año y con lo que se pone el punto de partida de toda una semana de fiesta con música, baile, gastronomía y todo un torrente de cultura andaluza y sevillana.
¿Que nos vamos a encontrar en la Feria de Abril?
Una vez se pase por la puerta de entrada de la Feria de Abril, cualquier persona se sumergirá en un mundo de diversión sin fin, donde todo el mundo es bienvenido y tiene como obligación pasárselo en grande.
Se podrán ver más de mil casetas flanqueando cada calle del recinto y son una de los puntos de visita obligados para los visitantes, aunque muchas de ellas son privadas, pero también se pueden encontrar otras públicas con mucho ambiente durante todos los días que dura la feria.
Grupos de amigos, asociaciones, partidos políticos, amigos, vecinos, cada uno tiene su propia caseta, muchas de ellas decoradas con algo más que el propio toldo de rayas, acompañadas de sillas de madera y cuerda, pequeñas mesas, cuadros, un pequeño tablao y mucho espacio para que todo el mundo se divierta acompañado de buenas tapas de jamón o encurtidos y el omnipresente fino o también el rebujito, una mezcla de vino fino con un refresco de gaseosa, indispensable en cada caseta.
No puedes perder la oportunidad de disfrutar de un evento como este, conocer en primera persona su idiosincrasia, dejarte llevar por el espíritu de la alegría que impera en esta fiesta, la camaradería y su deliciosa gastronomía, eso sí, siempre a ritmo de sevillanas.
¿Aun no conoces este evento?