Con la llegada de la primavera muchos destinos cobran un color especial que los hace únicos y de obligada visita, como por ejemplo Córdoba, donde sus patios se han convertido en lugares que no hay que dejar escapar si se tiene la suerte de visitar este destino turístico.
Gracias a la climatología con la que cuenta esta zona de Andalucía, las casas están adaptadas y muchas de las más tradicionales cuentan con un patio que era donde se hacía gran parte de la vida de la familia. Normalmente tenía un pozo o una fuente. Con la llegada de los musulmanes, el diseño se perfeccionó, dado que incorporaron vegetación para que diese más frescor al ambiente.
Hoy en día estos patios forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y son una de las grandes atracciones que hay que visitar en cualquier momento del año, pero cuando alcanzan su máximo esplendor es en primavera, sobre todo durante la primera quincena de mayo.
Cómo es un patio cordobés
Los patios se caracterizan por contar con un gran número de flores plantadas en macetas que se colocan colgadas en las paredes y sobre el propio firme del suelo. Algunos patios tienen fuente, otros cuentan con pozos y otros carecen de estos elementos, pero también son muy especiales y dignos de visita.
Además de la propia vegetación, muchos propietarios personalizan los patios de forma que queden mucho más tradicionales e incluyen capiteles, restos arqueológicos, antiguas vasijas, elementos de hierro forjado usados para la cocina, etc.
Dentro de los muchos patios existentes, entre los cuales puede haber bastante diferencia, se pueden calificar en dos clases de patios principales. Uno de ellos puede ser una casa de vecinos, desde el cual se accede a las viviendas. En este caso, suele tener dos plantas, haciendo que el propio patio enriquezca visualmente los balcones corridos, acompañándolos de escalera y un tejadillo normalmente.
Por otro lado, tenemos el patio que se puede encontrar en una casa unifamiliar en el que las estancias de la vivienda están distribuidas por el entorno del patio, siendo el epicentro de la propia vivienda. El suelo suele ser empedrado, de mosaico o enlosado entre otras opciones.
¿Dónde podemos encontrar estos patios?
Aunque hay muchos y en diferentes zonas de Córdoba, uno de los barrios más característicos donde poder encontrarlo se encuentra entre el Alcázar y la parroquia de San Basilio, en pleno barrio del Alcázar Viejo.
Otros rincones donde también podremos encontrar estos preciosos y tradicionales patios se encuentran en la zona de la Mezquita-Catedral, el barrio de Santa Marina o el barrio de la judería,, pero sobre todo, no hay que dejar de ver uno de los máximos exponentes de los patios cordobeses, el que se encuentra en el Palacio de Viana.
Es tal la pasión que se tiene por estos emplazamientos, que desde el año 1921 se celebra el Concurso de los Patios de Córdoba, organizado por el Ayuntamiento de la ciudad. Para ello, todos los patios se engalanan y muestran su mejor aspecto para conseguir el primer premio.
Asimismo, durante esta primera quincena de mayo se lleva a cabo un festival en el que se realizan un gran número de actividades diferentes, donde destaca la música y el cante propio de la tierra, todo regado con el vino de la tierra y una excelente selección de tapas de la zona.