Con la llegada de la primavera, llega también el buen tiempo y las ganas de viajar. Aprovechando que no es temporada alta y no hay una gran aglomeración de turistas en muchos destinos europeos… ¿por qué no celebrar la llegada de la primavera con un viaje por Europa?
Destinos de Europa para viajar en primavera
Bruselas es un destino que no deja indiferente a nadie, sobre todo porque es una ciudad muy animada durante todo el año, aunque cuando llega la primavera la ciudad cambia por completo y se respira un ambiente muy especial. A pesar de que hay clásicos muy trillados como las visitas al Manneken Pis o al Atomium o degustar en un puesto callejero los tradicionales mejillones al vapor con o sin mayonesa, hay propuestas más acordes con la primavera. Podemos descubrir sus fenomenales parques como el Parc du Cinquantenaire o el Parc Royal entre otros, donde se podrá ver a un montón de gente paseando y haciendo deporte en cualquier momento del día. Es un destino en el que la naturaleza es muy apreciada y si también es tu caso, no debes dejar de visitar el Bosque Azul belga, a escasos 20 kilómetros al sur de Bruselas.
Aunque en primavera en Dublín las temperaturas no son precisamente cálidas, visitar este destino en esta estación es una elección muy acertada. Aquí podrás celebrar el 17 de marzo el día de San Patricio, un multitudinario evento en el que la ciudad se prepara para una de las fiestas más alocadas de Europa y seguramente, del mundo. Otros eventos que se celebran durante la primavera son el Taste of Dublin y el Bloom, ambos al aire libre al que acuden decenas de miles de personas. Para celebrar la primavera, se pueden visitar muchos de sus destinos naturales como el Jardín Botánico Nacional, que cuenta con más de 17.000 especies diferentes o el Phoenix Park, considerado como el parque urbano más grande de Europa.
París es un clásico para visitar en la estación más romántica, sobre todo si se va en pareja. Tras el frío invierno llega la primavera, con muchos eventos diferentes como exposiciones de arte, eventos deportivos de gran relevancia o conciertos. A ello, hay que sumarle los clásicos como visitar Notre Damme, la Torre Eiffel, hacer un crucero por el Sena o la visita a Versalles. La primavera puede vivirse en los Jardines de las Tullerías, los de Luxemburgo, el des Plantes o el Campo de Marte, donde veremos florecer muchas especies, proporcionando una gran cantidad de color y aromas diferentes.
Ámsterdam es una ciudad muy cosmopolita y aunque suele hacer frío en primavera, cuando comienza a salir el sol, los holandeses y holandesas salen a la calle, algo que les encanta. En este destino podremos ver cómo florecen millones de tulipanes de todos los colores imaginables, algo que podremos ver en el Festival del Tulipán.
Además de los museos, sus canales, su arquitectural, cultura, historia y gastronomía, visitar sus parques y espacios verdes es una de las mejores formas de recibir la primavera.