Es un lugar ideal para aquellos viajeros con ganas de una experiencia auténtica, para los amantes del campo, animales, naturaleza, tradiciones, tranquilidad, silencio... Con 400 años de antigüedad, sus muros de piedra esconden secretos, sus techos de madera tradiciones, cada habitación es completamente diferente al resto y todo es parte de la historia de Ibiza. Recibirás un servicio de persona a persona, con cariño y cercanía, siempre con ganas de ayudar al viajero y ofrecer recomendaciones y consejos personalizados sobre cómo descubrir una Ibiza diferente. Disfrutarás del sol, de la tranquilidad, de un desayuno en el jardín con productos locales y fruta fresca. El mar está cerca, la playa de Aguas Blancas se encuentra a pocos minutos en coche, así como el encantador pueblo de Sant Carles de Peralta, con sus bares y restaurantes tradicionales y su famoso mercadillo Las Dalias.
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